En este escrito se hace la descripción mas completa y erótica de una mujer, que por lo que se lee de ella, es al parecer muy hermosa y apasionada… La cercanía entre quien cuenta la historia y Madame Edwarda se da en un contexto que basta leerlo para saber que huele a sexo. Alrededor muchos hombres y mujeres, la presencia de ellos no importa. Porque éste hombre disfruta como nada de los besos mojados, y las manos peligrosas de Edwarda.
Pero finalmente ese intenso placer se torna en una ira indescriptible, pues este hombre que siente entre sus piernas la pasión de la mujer que anhela, se da cuenta que en realidad entre ellos solo ha ocurrido un intercambio de pocas palabras. Que la mujer que estuvo a su lado no fue mas que una “segundona” que toma su dinero a cambio del placer otorgado. Madame por su parte sube unas escalas con otro hombre, quien probablemente le hará el amor, solo pensarlo es causa de la gran tristeza y desilusión de un pobre hombre que solo pudo soñar, pero jamás tener.


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